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Huevina y tortillinas

 
Diario El Comercio año 2002.

De un tiempo a esta parte se está oyendo mucho hablar de ese invento llamado «Huevina», que permite elaborar sin el menor riesgo, cremas pasteleras, mahonesas y demás preparaciones, hasta ahora verdaderos caldos de cultivo óptimos para la contaminación por salmonelosis.

La ciencia avanza y, gracias al progreso, hoy, los trabajadores, el pueblo, podemos comer cualquier día pollo, jamón, salmón o huevos, como en aquel país de Jauja que soñaba Brughel hace medio milenio.
Pero todo tiene sus límites y así, para conseguir hoy un pollo que sepa a pollo, una trucha que sepa a trucha, o un huevo que sepa a huevo, hay que dar mas vueltas que hace un siglo, cuando todos los salmones eran salvajes y todas las angulas tenían ojillos.

Pero hoy hablamos de la «Huevina», un sofisticado invento que consiste en pasteurizar huevos y venderlos así listos, con lo que se elimina al 100% el riesgo de que pueda haber rastro de temible salmonella, espada de Damocles que se cernía sobre las cabezas de hosteleros y reposteros.
De esta forma los pasteleros pueden trabajar con las temibles cremas sin jugarse el pescuezo cada verano y, de paso, prescindir de otros preparados mucho mas artificiales que habían convertido la repostería española en algo tan globalizado como los cakes de multinacional americana.Tortilla de patata

También se puede hacer mahonesa sin riesgos, no solo de enfermar a los clientes, si no de padecer una inspección sanitaria que te cierre el negocio.
Esto último es muy importante porque ahora, cada vez que vayamos a un restaurante, sobre todo a las marisquerías, y nos planten la mahonesa de bote en la mesa, les podemos montar el zafarrancho ya que los hosteleros no se pueden escudar en supuestas normativas vigentes para no prepararlas caseras.
Pero, como decía el biólogo chileno Humberto Maturana: «Todo movimiento está siendo inhibido a medida que ocurre» , así el uso de este gran invento ya está siendo usado con abuso y con alarmantes consecuencias para nuestra gastronomía.
¿Porqué?
Pues nada menos que porque está arruinando nuestra nacional Tortilla de patatas (la profecía se cumplió, pueden verlo pinchando en Adiós a la Tortilla de patatas).
Hasta ahora los rancheros tenían por lo menos que batir los huevos y así, mal que bien, en no pocos bares y cafeterías, aún podía encontrarse uno con ese maravilloso pinchín de tortilla a media mañana, uno de los mas brillantes logros de la Humanidad (yo creo que Colón realmente descubrió América para que los españoles pudiésemos inventar la maravillosa Tortilla de patatas).
España sin tortilla de patatas no será lo que fue.
Pero cuando hablo de la Tortilla, por supuesto con mayúscula, no me refiero a esos bloques de argamasa con que nos suelen agredir en las cafeterías de paso, léase aeropuerto, hospital, estación de tren, etcétera, elaboradas con patatas precocidas y la maldita «Huevina», y que solo se conciben como arma arrojadiza. Cuando hablo de Tortilla con mayúscula, es como la que aparece en la foto, con la patatita frita en crudo y un pelín tostada, con cebolla o no, según los gustos, igualmente doradita y con el huevo, por supuesto fresco, cuajado lo justo para mantener la forma, pero también tan jugoso que se desbarate un poco al meter el tenedor.
Una Tortilla debe saber a huevo y notarse la cremosidad de su yema apenas cuajada, usar «Huevina» es un atentado contra la gastronomía, las buenas costumbres y hasta la españolidad.

 Si le interesa leer más sobre este tema, pinche en el icono Buscador (ángulo superior derecho de su pantalla) y escriba la palabra objeto de estudio. También le recomendamos consultar el enlace a Escuelas de hostelería.

Escrito por el (actualizado: 13/11/2013)