Proyectos de futuro
Hacer un análisis sobre la situación de la hostelería y el turismo en nuestra región y no ofrecer soluciones o ideas alternativas para el correcto funcionamiento, sería tan vano como extraer sangre de un paciente y después tirar a la basura los resultados del laboratorio, por eso vamos a dar hoy aquí algunas ideas sobre lo que nosotros consideramos deberían ser las medidas más urgentes a tomar en este sentido.
En primer lugar es vital saber que esta es una profesión en continua evolución y que lo que hace cinco años era valido ahora quizás ya no lo sea, por eso es conveniente salir de vez en cuando a husmear por fuera de nuestras fronteras y ver lo que hacen en las grandes capitales o en los paises más avanzado en locales de la categoría correspondiente a nuestro negocio.
Hago esta puntualización porque el otro día mi amigo y compañero Oscar Caballero, que reside en Paris desde hace quince años y que es una las principales personalidades en el mundo del periodismo gastronómico y de la critica en Francia, me comentaba con asombro como algunos hosteleros españoles le pedían que les consiguiese una mesa en el "Taillevent" o en el "Chez Jamin" de Jöel Robuchon y cuando terminaban la comida quedaban defraudados porque no habían aprendido nada útil debido al nivel casi sobrehumano que estos monstruos de la cocina están haciendo en estos momentos.
Ahora esla estación ideal para visitar Francia, conocer sus "brasseries" donde se puede comer a la carta por menos de tres mil pesetas y de donde se pueden sacar conclusiones muy útiles para las reformas de actualización de cara al Xacobeo.
En otro orden de cosas diremos que la administración debería patrocinar cursillos de actualización profesional, de reciclaje tecnológico para empresarios de hostelería o colaborar en publicaciones que sirvan para motivar e incentivar a estos profesionales para ponerse al día tanto en servicios como en conocimientos técnicos tanto de cocina como de sala.
Y porqué no decirlo, una vez puestos los medios para que la hostelería se actualice, llevar a cabo una labor de inspección seria y aquel que cumpla las reglas marcadas por turismo, sanidad e indústria, pues ¡leña!, que dicen que al burro la letra con sangre le entra.
Eso sí, con responsabilidad y empezando por los más deficientes, no como suele hacerse habitualmente en esta inoperante administración que tiene por costumbre pasar al microscopio a los establecimientos de más renombre, multandoles por infracciones estúpidas que en nada afectan a la buena imagen de la restauración lucense (un precio en el tabaco superior al marcado por la ley, un lavamanos de pié que falta en la cocina o una instancia que no se ha mandado a tiempo), y dejando libres de examen a auténticos antros de suciedad y extorsión, porque no se puede definir de otro modo a un establecimiento como en el que entré en otro día y tuve que pagar cuatro mil pesetas de una factura por una comida que apenas si pude probar.
Por esta vez no voy a decir el nombre, pero al igual que en este suplemento hemos dado dado consejos (comerciales) sobre los restaurantes que pensamos que merecían la pena ser visitados, quizás no esté lejos el día en que empecemos a darlos (crítica independiente) de aquellos lugares que no se deban frecuentar ni por equivocación.
Dice un antiguo refrán español de origen morisco: "Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar"; algunos todavía creen que no tienen porqué preocuparse ya que sus inmediatos competidores han sucumbido o están a punto de hacerlo y así creen ver el camino expedito para su negocio, quizás cuando vean la tijera sea demasiado tarde.
Repito lo dicho, una excursioncita fuera de nuestras fronteras nunca viene mal y el consejo de un técnico en la materia, aun mejor, pero lo más importante es tener la suficiente humildad e inteligencia como para ser capaz de saber hacer un examen objetivo de su propia situación.
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