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Habas de mayo

Habas crudas con embutidos, entrata típica de Murcia
 
Habas crudas con embutidos, entrata típica de Murcia
Diario El Comercio año 1997.
 

Hoy se celebra en Gijón un congreso de librepensadores, que quizás, desgraciadamente, no sea demasiado bien acogido por ciertos sectores intransigentes de nuestra sociedad, pero que es un signo de progreso para una ciudad como esta, que puede presumir, junto con Barcelona, de ser históricamente una de las pocas urbes abiertas del país.

Y traigo este tema a colación junto a las habas, porque mi buen amigo Jose Carlos Capel, sin duda es mas prolífico escritor gastronómico de este país, publicó hace unos meses en la revista Sobremesa un artículo sobre estas papilonáceas donde afirmaba lo siguiente: “Siglos más tarde, las habas se incorporarían al ritual de grupos secretos y clandestinos. No en vano, la expresión "son habas contadas" se gestó en el seno de las sociedades masónicas, que se valían de habas tintadas para dirimir sus discrepancias mediante sufragio".

Y es que desde los origenes del hombre mediterraneo, el simbolismo esotérico de estas inocentes legumbres es realmente asombroso. Vean.
En las sociedades primitivas las habas se consideraban como el germen mineralizado del sol a través del cual la tierra entregaba a los hombres sus frutos más profundos y nutritivos.
Esta creencia pagana se mantuvo solapadamente en el cristianismo sincrético medieval (como las virgenes negras), de ahí la costumbre de poner un haba en los roscones de reyes como señal de buena suerte para el año nuevo.
Hasta tal punto se ha respetado esta liturgia, que en algunos casos el haba se sustituía también por una figurita de porcelana representando un pez o un niño recién nacido, sustitutos iconográficos cristianos de la misma idea.
En Egipto los campos de habas eran el Ka, la antesala donde los muertos esperaban su turno para salir a la luz y reencarnarse de nuevo.

Esta misma superstición se respetaba en Grecia hasta que Pitágoras, desafiando los malefícios que implicaban pisotear a los difuntos, cruzó un campo de habas y todos sus discípulos desterraron ya la creencia.
Plinio, aun distanciandose del caracter desmitificador de los pitagóricos, aceptaba la vinculación de las habas con los muertos, pero le confería un caracter positivo al atribuirles poderes para comunicarse con los parientes difuntos, y así en las bodas arrojaban habas a los novios para que engendrasen hijos varones que reecarnarían las almas de sus antepasados. En Japón son un utilizadas como medio de exorcismo y así, cada 3 de febrero, es costumbre tirar por el suelo judías secas y tostadas para ahuyentar a los demonios y pedir bienaventuranzas para la familia.

Desgraciadamente hoy día los alimentos no tienen otro valor que el que marca la bandejita de phorexpan del supermercado, o los datos de inflacción que el I.P.C. refleje a final de año, y es una lástima porque una buena parte de esas jornadas gastronómicas que se celebran para atraer turistas, podrían ir arropadas por maravillosas leyendas y embrujos de los que la mitología asturiana era tan rica.

Estamos en pleno mes de mayo, con los huertos llenos de estas deliciosas legumbres tan asturianas que hasta bautizaron las alubias que nos llegaron del nuevo mundo ¿no sería mas interesante promover algunas jornadas que recuperasen antiguas costumbres o leyendas asturianas, que organizar festivales en torno al salmón noruego?
Claro que eso ya sería mezclar la gastronomía con la cultura, herejía por la que los responsables de la correspondiente Consejería asturiana no está dispuesta a pasar.
Habas negras.

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Escrito por el (actualizado: 30/04/2014)