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Historia del azúcar y del plátano

 
Recolección del plátano en el manuscrito Tacuinum Sanitatis, ilustrado en el siglo XIV.   Este texto fue escrito para la revista Club de Gourmets, año 1.992, como sección: Gastronomía Vº Centenario (Desgraciadamente, de los 10 artículos que constaba la serie, por razones espurias tan absurdas y necias que no merece la pena comentar, solo se publicaron 7 y, como los sistemas informáticos de la época eran practicamente máquinas de escribir, el resto se perdieron).

¡Sorpresa! Nosotros llevamos más.

Para nuestros queridos vecinos gabachos e ingleses (la mar mediante), los españoles arrasaron América de tesoros y a cambio les llevaron tan sólo la gripe, el sarampión y la sífilis; pero esto es falso, porque a diferencia de los colonizadores sajones, los españoles se integraron desde el principio en las tierras conquistadas no como invasores, sino como pobladores que llevaban un mensaje del Emperador y una misión evangelizadora del Papa y de ese modo se asentaron con una idea de continuidad, como si de su propio país se tratase.

Recordemos que España estaba prácticamente en periodo de formación y que de hecho, dentro de la propia península, había reinos con etnias tan distintas que el aportar otro mestizaje a la sangre de una familia noble o burguesa, no tenía mayor trascendencia, siempre y cuando este nuevo miembro profesase la religión católica con fervor... y con limosna.Zucarum

De este modo los primeros colonizadores llevaron a América aquellos productos que consideraban como sustento habitual, para aclimatarlos aquellas fértiles tierras y así poder llevar una vida lo más semejante a la que ellos consideraban civilizada en sus regiones de origen.

Frutas como los albaricoques, almendras, manzanas, membrillos, naranjos, limones, peras, ciruelas, nueces, pomelos o dátiles, empezaron a ser cultivadas junto a verduras y legumbres como los espárragos, lentejas, garbanzos o el propio arroz, pero los productos más importantes, comercialmente hablando, fueron los plátanos y la caña de azúcar, cuyo éxito hizo que muchas personas, al estar estos productos tan vinculados a América, piensen que son originarios de aquellas tierras (en las ilustraciones de la derecha, se ven dos comerciantes de azúcar, en el superior dice Zucharum y en la inferior, Candi, o sea, que se diferenciaba molida de la de piedras).

Otra cuestión es la de las uvas, origen indudable del vino y de ese modo fruta sagrada de los cristianos ya que sin ella no se podía oficiar la santa misa, motivo por el que su cultivo y comercio quedaron monopolizados por la Iglesia para la salvaguarda de las almas de los creyentes moradores de aquellas tierras y por supuesto sin ningún afán de lucro…

Sin embargo, el plátano y la caña fueron revulsivos sociales que cambiaron la vida de los nativos ya que su cultivo fue tan triunfal y los beneficios de sus cultivadores tan espeluznantes, que pronto las zonas donde se inició su producción, se transformaron en latifundios acondicionados exclusivamente para ese único uso, esclavizando al principio a los pueblos oriundos y llevando después negros de África que daban mejor rendimiento.

El plátano es una fruta discutida ya que algunos ingleses se atribuyen su descubrimiento en las islas de la Polinesia dónde crecía espontáneamente, lo cual es una solemne estupidez ya que el propio Plinio describía su hallazgo en Asia durante las campañas de Alejandro el Grande.Grabado medieval con la recogida de la espinaca

Haré también mención a una verdura españolísima, la espinaca, que de origen persa, fue traída por los árabes y difundida por un señor llamado Esbanach, cuyo nombre se unió a la riquísima planta hasta el punto de ser reconocida la etimología española en todos los idiomas europeos (en francés: épinard, en italiano: spinacio, en inglés: spinach, en alemás spinat, etc.). Decía que es digna de mención porque habiendo sido introducida en el nuevo mundo por los españoles, ha llegado a convertirse en emblema de la comida americana con su famoso muñeco Popeye (todas las ilustraciones de esta página pertenecen al manuscrito Tacuinum Sanitatis, un libro medieval de medicina, traducido al latín en el siglo XIII (suele citarse en 1370, pero fue la iluminación), del Taqwin al‑sihha تقوين الصحة , un prontuario árabe del siglo XIº, escrito por el “médico-botánico-farmaceutico-poeta” bagdadí, Ibn Butlan,  que dictaba preceptos de higiene y alimentación para preservar la salud, por lo que su autenticidad precolombina es irrefutable).

Algo es algo 

El siguiente capítulo, Mestizaje de dos mundos, perdido por asuntos tan desagradables que prefiero no citar, trataba de otros productos llevados por los españoles a aquellas tierras y que supusieron esa fusión entre culturas que hoy se conoce como Dieta Mediterránea: Trigo, cebada, centeno, café, olivos, ovejas, vacas, cerdo, gallinas y caballos, además claro está, de las técnicas como la fermentación y destilación de alcoholes, pan, etc. Recuerdo una reflexión que decía algo así: “Si la actual cocina española es impensable sin tomates, pimientos, alubias y patatas ¿cómo sobrevivirían hoy los pueblos americanos sin cerdo, pollo, arroz y café con azúcar y ron? que son la base de su mesa y hasta de su vida”.

En la última entrega, "Los Alimentos Sacros", narraba como la Iglesia mantuvo el monopolio de los tres grandes productos, trigo, uvas y aceitunas, basándose en algo que podría asociarse con los Kasher ya que, al intervenir el pan, el vino y el aceite, en los rituales más profundos de la religión como son los sacramentos del bautismo, eucaristía y extremaunción, nadie que no estuviese autorizado debía tocar, sobre todo comerciar, con ellos.

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Escrito por el (actualizado: 09/08/2015)