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La influencia americana

Fabada asturiana
 
Fabada asturiana
Publicado solo en gallego en el libro A Cociña da primavera,
 

Mi abuelo materno nació en Argentina, el paterno emigró a México y allí nació mi padre, el abuelo de mi primera mujer también fue indiano, estuvo en Guatemala y el de la segunda en Chile.

Hoy día llamamos despectívamente sudacas a los que vienen a nuestro país.

Yo no defiendo nada, no quiero hacer política, ni demagogia, ni tengo ningún interés en fomentar la inmigración, sin embargo creo que aquellos paises son tan hermanos que en realidad forman parte de nuestra sociedad, ya que su indepencia solo fue motivada por la codicia e inmoralidad de aquellos monarcas españoles que forzaron a los colonos a renegar de su origen para poder defender sus propias haciendas del saqueo institucional.

En sudamérica llaman cariñosamente gallegos a todos los españoles que van a buscar fortuna a sus respectivos paises, y los reciben como hermanos, sin embargo en Galicia, siguiendo el ejemplo de Cataluña o Euskadi, hay que ser oriundo y tener no se cuantos antepasados autóctonos para poder acceder a un puesto de trabajo digno (se lo dice uno que pasó por ese trance).

Buen ejemplo para unas regiones que hasta hace pocas décadas vivieron de sus emigrantes.

América forma parte de nosotros.
Casi todas nuestras familias, me refiero a asturianos, gallegos y vascos, tienen raices en el Nuevo Mundo, y muchas de ellas aun siguen viviendo de las rentas de lo que allí sacaron nuestros abuelos.

Pero es que hablando de cocina, que es de lo que trata este libro, la española actual no tendría sentido sin los productos que de allí trajeron nuestros antepasados, patatas, pimentón, pimientos, tomates, maiz, chocolate, etc...

Se puede decir que, hasta el cataclismo de nuestra cocina durante la guerra civil, los platos indianos estaban presentes en la mayoría de las casas burguesas de estas comunidades, por ello es de ley que en esta colección recuperemos aquellas recetas que eran habituales en nuestras casas y no considerarlas como foráneas, porque España es parte de América, o viceversa, que es lo mismo.

En este libro verán ensaladas con guacamole, platillos de inspiración mejicana con tortillas de maiz al estilo de sus tacos, o postres caribeños, y alguien dirá que vaya una cocina regional española la que habla de recetas mejicanas, argentinas o cubanas.

Quizás tengan razón y España solo deba ser cultura cristiana visigoda, pero a mi eso me parece demasiado triste y mientras aquí sigamos comiendo patatas, pimientos y pimentón, nuestras cocinas serán hijas de América, y si no que se lo pregunten a otros escritores gastronómicos tan ilustres como Angel Muro, Julio Camba, Picadillo o la Pardo Bazán, que en sus libros, muestra de la gran cocina que aun se hacía a principios de siglo, incluían sin el menor recato atribuyéndoles total tipicidad a Madrid o Galicia, platos tan cubanos, mejicanos, o argentinos, como la ropa vieja cubana, los fijoles criollos, el mondongo habanero, el gorrino a la guajira, el cocido veracruzano, la cazuela chilena, etcétera, etcétera, etcétera...

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Escrito por el (actualizado: 08/08/2015)