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Naranjas y limones

 
Diario El Comercio año 1997.

Hoy ya nadie considera estas frutas como exclusivas de señores porque hasta la mas humilde casa de comidas ofrece en sus menús unas naranjas de postre o facilita un limón a quien desee rociar con su ácido jugo una paella o un pescado, sin embargo hasta hace no muchos años desayunar con un zumo de naranja era un auténtico lujo.

Y viene a colación una curiosidad que seguramente los jóvenes ciudadanos gijoneses desconozcan, y es que Asturias fue durante mucho tiempo una región naranjera ya que en los huertos de la costa, como apenas hiela, pues los citricos se dan de maravilla.
Al parecer los responsables de este cultivo fueron los comerciantes ingleses que compraban naranjas amargas para hacer su famossa “Marmalade” (que solo es de naranja a diferencia de las confituras que pueden ser de cualquier fruta) y como el comercio de nuestra región históricamente fue principalmente marítimo, pues algunos espabilados decidieron plantar naranjos en las proximidades de los puertos para abaratar costes y así los valles del Eo, Luarca, o Gijón olían antaño a azahar como sucede hoy con las vegas valencianas.
Imagínense hasta que punto este comercio sería importante, que aun durando su cultivo hasta la última guerra, el propio Jovellanos ya se lamentaba a finales del XVIII de que muchos naranjales estaban siendo arrancados para plantar pomaradas.
Si don Gaspar levantase la cabeza y viera como ya estos frutales apenas son un recuerdo en nustros huertos y como en Aturias se consumen cientos de toneladas de naranjas importadas de Tunez, Argelia o Israel, seguro que volvía a morirse inmediatamente.
Esto es un demadre, y si por lo menos estuviesen ricas, pues al menos sería un provecho para la buena mesa, pero es que encima la mitad de las veces no saben a nada, como el resto de la fruta.
Por cierto que en Tunez, país que ya de paso les recomiendo porque es muy agradable para ir a tomar el sol y comprar antiguedades, venden a precio de risa (menos de cinco duros el kilo) unas naranjitas sanguinas que dan un zumo delicioso, sobre todo en esta época que es cuando están en sazón. Les aseguro que visitar este país ahora es como viajar a la España de los sesenta. Imaginense que atraso tienen que los niños juegan libremente por las calles y plazas.
Pero dejémosnos de nostalgias infantiles y volvamos a los citricos. Estas frutas nos llegaron de Asia durante la colonización árabe, aunque los franceses digan que fieron ellos quienes los trajeron durante las cruzadas. Incluso en Grecia y Roma se conocían ya, pero apenas si se usaban para hacer coronas de reconocimiento o para elaborar perfumes con sus flores.
En aquellos paises las naranjas juegan un papel esotérico muy importante en las ceremonias matrimoniales ya que representan la fecundidad a través de la voluptuosidad.
Cualquiera que haya paseado por un naranjal el flor se habrá emborrachado con el perfume del azahar, y de ir acompañado por su pareja seguro que no olvidará como acabó la cosa.
Claro que en España, como en cuestiones amorosas la Iglesia tiene que hacer la puñeta a toda costa, toda la cultura hedonista que los legaron los arabes se fue a hacer puñetas y las flores de azahar pasaron de ser un mágico y embriador afrodisiaco a convertirse en signo de pureza, virgidad y virtud. Hay que joderse. Y luego se quejan de que se están quedando sin clientes.
En cuanto a los limones se cree que son originarios de los valles mas meridionales del Himalaya ya que por sus estibaciones aún existen variedades silvestres.
De sus virtudes podriamos afirmar que las poseen todas, hasta según los árabes, curaban las picaduras de las serpientes y anulaban el veneno de las setas. Por si acaso, como nosotros somos asturianos, les recomiendo que no hagan la prueba.



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Escrito por el (actualizado: 30/08/2010)