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Bonguis, setas para colocarse

 
Diario El Comercio año 1998.

Hace unos días, una conocida peña micológica Gijonesa, organizó unas charlas sobre el tema de las setas y, después de una magnífica conferencia, el invitado tuvo que responder a las habituales preguntas de los profanos: que si lo de la cuchara de plata, que si las setas de pino o de castaño, o como se diferenciaban los bonguis buenos de los malos.

Y ahí la cara del ingeniero cambió: «Señorita, le contestó con gesto muy grave, si quiere usted colocarse, hágalo con pieles de Amanitas Muscarias, como viene haciendo todo el mundo desde la época de los romanos, pero déjese de bonguis, que eso es una cosa muy seria».
Y es que este año se han puesto de moda entre los jóvenes, y no tan jóvenes, chicos de la movida, y el asunto puede dar mas de un disgusto, y muy serio.
En primer lugar, y les pido disculpas por rollo que les voy a largar, pero es que el asunto debe tratarse con rigor, porque la psilocybina, que es el alcaloide o agente tóxico alucinógeno que provoca el colocón, es una sustancia muy compleja que el cuerpo humano no elimina por completo y que, en muchos casos, puede provocar daños permanente en el cerebro, por lo que de droga suave, no tiene nada.
En segundo lugar entre un Psilocybe merdaria (lo que en la jerga drogota se llama vulgarmente bongui), y un Panaeolus campanulatus, la diferencia en seco, que es como las venden los camellos, solo es apreciable mediante microscopio y por un micólogo avezado, por lo que el riesgo que convertir la juerga en tragedia, solo dista una intangible frontera.
El consumo de estos hongos procede de las culturas mexicanas donde los brujos ingerían estos sombreritos para tener visiones del más allá, pero hay que tener en cuenta dos aspectos: uno es que esos señores chamanes eran profesionales iniciados en los misterios de la mente y de la naturaleza desde niños, y no chavaletes que buscan correrse una juerga sabatina. El otro, es que el teonanacatl (carne de Dios), en realidad es el Psilocybe semilanceata (o Geophila semilanceata ), especie que contiene el mismo compuesto indólico de psilocibina, pero que no es la misma que se encuentra en Europa. Además una misma variedad de seta recolectada en distintos continentes, en uno puede ser comestible y sin embargo en otro venenoso, como sucede con varios tipos de Clitocybes.
Existen cientos de hongos coprófilos (se llaman así porque crecen sobre los excrementos, generalmente de animales herbívoros), y que resultan muy parecidos morfológicamente, pero cuyas variaciones químicas son absolutas, aunque en ningún caso se puedan considerar como setas comestibles, bien por su desagradable sabor , bien por su toxicidad, o sencillamente por su poder alucinógeno, que, salvo indicaciones muy concretas, no es precisamente una virtud.
Mi consejo: Filloas rellenas de rebozuelos sobre crema de trufas, con guarnición de boletus a la plancha, y todo bien regado con un Contino del 94. Una buena copa de Amagnac Clés de Ducs con el café, y los bonguis para el gato, que seguro que pasa de ellos.
 

 Pueden ver un montón de recetas elaboradas con setas pinchando en Cocina de setas
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Escrito por el (actualizado: 03/11/2013)