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Aguardientes de Galicia

Alambique tradicional
 
Alambique tradicional
Publicado en el diario El Progreso, año 1992.
 

Antes de entrar en materia, tenemos que dedicar un cariñoso recuerdo a nuestro desaparecido buen amigo y querido compañero Jorge Victor Sueiro, quien a lo largo de su fecunda vida profesional como periodista gastronómico, tanto hizo por los productos gallegos publicando incluso un delicioso libro sobre el tema que hoy nos concierne titulado: "Galicia: Aguardientes, Licores, Queimadas.

Empezaba este pequeño opúsculo con un titulo prometedor: "En el que se pretende seguir la incierta y nebulosa trayectoria de los aguardientes por las tierras del antiguo reino de Galicia" y en el, nuestro querido "Xurxo" nos relataba lo que a su docto entender fuera la primera noticia escrita de la "Queimada".

Al parecer en 1929 el profesor Shoneng encontró en Pena Corneira, cerca de Orense, una piedra con unas inscripciones que tras arduo trabajo logró descifrar como un mensaje que decía: "Hay mucha hambre en la tribu; los romanos se lo llevan todo: el ganado, el grano, el vino...Corcio, el pescador de culebras (serían lampreas o anguilas) sacó de los palos una especie de vino blanco muy fuerte y lo vertió en una olla que estaba cerca del fuego, y éste pasó a la olla... quiso apagarlo con miel...y siguió ardiendo... lo probó...ahora lo tomamos todos y ya nunca más sentimos frío... ¡Muerte a los romanos!".

 Sea o no ésta la primera referencia escrita que hable de los aguardientes en Galicia, lo que si resulta curioso es que siempre se pensó que hasta la llegada del alambique con los árabes, no se había destilado aguardiente en Galicia y que las primeras uvas no llegaron hasta el siglo XII de la mano de los monjes del cister, por lo que el orujo no se empezó a elaborar hasta entonces, por tanto y según esta leyenda tenemos que entender que a) los primitivos gallegos poseían algún tipo de uva semisalvaje y conocían los métodos de destilación con artilugios de los que se han perdido la pista,(lo cual resulta dudoso) o bien que ni el vino era tal vino, ni aún menos el tal aguardiente lo que nos llevaría a la chocante conclusión de que fue primero la queimada que el orujo.

Aberraciones históricas aparte, y aunque el tema volverá a ser tratado en otros números de forma mas extensa, creo necesario aclarar unos conceptos semánticos que se prestan a veces a confusión entre los aficionados más legos en la materia.

Aguardiente: Bebida espiritosa que por destilación se saca del vino y de otras substancias; es alcohol diluido en agua.
Orujo: Hollejo de la uva, después de exprimida y sacada toda la substancia/2. Residuo de la aceituna molida y prensada, del cual se saca aceite de calidad inferior.

Por tanto se debería decir siempre aguardiente de orujo y no simplemente "orujo" y hago esta salvedad porque cada vez son mas los pseudo- entendidos que dicen aquello de "yo conozco un paisano que hace un orujo de guindas" cuando en realidad si así fuese, esa bebida lo mas aproximadamente que se podría llamar es "Kirsch".

Ya he dicho que el tema es lo suficientemente interesante, apasionante e importante como para dedicarle varios espacios en sucesivas semanas pero para concluir hoy un consejo necesario: "Ojo con los aguardientes sin precinto, además del riesgo legal que supone traficar con productos ilegales, puede suponer un grave riesgo para la salud."

Escrito por el (actualizado: 06/03/2015)