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Grandes de Rioja

 
Mayo 2006
Una vez más sale este editorial con retraso, y una vez más está más que justificado ya que, si bien, gracias Dios, no tuve que pasar por el hospital, poco le faltó, porque el maratón de cata a que nos sometió el tirano Proensa, dejó patas arriba a más de uno.

“Se lo van a pasar ustedes de lo más divertido, comentó el consejero en su discurso de inauguración, porque la suya es un profesión de lo más apetecible y van a probar un montón de vinos deliciosos” ¡Como recordé esas palabras durante los siguientes días, sobre todo a las nueve de la mañana, con cien vinos por delante, o a la hora de la siesta, cuando hubiera cambiado mi caballo por un catre! (total, como no tengo caballo...)
Un año más, y van cinco, la experiencia fue fastuosa, me refiero al interés periodístico, ya que se probó prácticamente todo lo que se cuece en esa Región, desde los nuevos ecológicos, hasta los futuros, vinos que saldrán al mercado en los próximos meses o incluso años, pasando por una temática de blancos y el resto, por añadas, pero sabiamente agrupados para evitar el solapamiento de calidades.
Además del consabido Cirsion que deslumbró a todos (menos a una chinita que tenía a mi lado y que no se lo bebió. A punto estuve de abofetearla, pero lo que hice fue beberme su vino y todos tan contentos) lo que más me gustó fue:
  • Zenus 2001 Selección Viñas Viejas de Bodegas Puelles, muy curioso, con maderas secas, poco tostadas, pero armónicas y notables, habrá que seguir su evolución.
  • Azpilicueta reserva 2001, una de esas bodegas tan comerciales que no catamos porque damos por hecho lo que vamos a encontrar y que resultó de lo más respetable, muy en perfil Rioja de siempre, pero sin defectos y con buen peso en boca.
  • Real de Asúa 2001, elegantísimo, un ejemplo de lo que puede llegar a dar un gran clásico, una joya que luce por separado de las modas Parker.
  • Marqués de la Concordia Hacienda Súsar 2002, para ser una bodega tan comercial, me sorprendió su calidad, sobre todo por lo goloso y agradable que resultaba de beber.
  • Cerrado del Castillo de Cuzcurrita 2004, no saldrá al mercado hasta el 2007, pero, además de ser una bomba de aromas, ya apunta una gran elegancia y sabores muy integrados, así que ¡ojo!
  • Esculle 2004 de Bodegas Solabal, para mí y creo que algunos más, la gran revelación de este Grandes de Rioja, a pesar de haber catado una muestra sacada de barrica. Volví a sentir aquella emoción que me embargó cuando Marcos Eguren me dio a probar en su bodeguita de la montaña lo que más adelante fuese su primer San Vicente. Ese frescor de las uvas sanas y muy maduras que, envuelto por unos tostados de madera de máxima calidad, recuerdan aquellas compotas en las que la abuela ponía un toque golfo de vainilla y rama de canela que volvía locas sus amigas y que nunca confesó hacer.

Fuera de las catas del Vinoforum, en las bodegas se hicieron otras tan interesantes como una vertical de Roda I, con todas añadas existentes, desde 1992, hasta 2004, formidable (y encima el picoteo fue a base de Cirsion, o sea, la Monda). Más corta pero igualmente reveladora, fue la de Bilbaínas, comparando Viña Pomal con La Vicalanda y Vicuana. Otro vino que deslumbró fue el Aro de Muga, aunque las tres horas de discurso en inglés ¡y en ayunas!, empañó una visita que podía haber sido un éxito. A estas alturas ya deberían saber que esas palizas son absolutamente contraproducentes porque hasta los periodistas extranjeros, tan comedidos y sufridos ellos habitualmente, protestaron indignados por semejante tortura. Hasta en la mesa nos pidieron silencio para escuchar los autoelogios que se marcaba el joven Muga. En fin ...
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