Sindicación de contenidos
Boletín electrónico
Contacto
Mapa web
Logo de FacebookLogo de Google +Logotipo Twitter
 
boton pinteres
Imprime ContenidoEnviar a un Amigo
 

${estadoCorreo}

 

Nuggets de pollo y espinacas sin gluten

Nuggets de pollo y espinacas
 
Nuggets de pollo y espinacas
Nuggets de pollo y espinacas

Septiembre 2014

INGREDIENTES 

300 g de espinacas frescas o congeladas
400 g de pechuga de pollo
1 huevo entero
Nuez moscada
Comino
Pimienta y sal
4 cuatro cucharadas de queso parmesano rallado

Para el rebozado
2 huevos
Pan rallado sin gluten
Harina de arroz sin gluten
Acetite de oliva virgen para freir
Sal

 

Les pido disculpas por este repugnante anglicismo y hasta por la mugre que sugiere, pero es que si digo “hamburguesa” o “albóndiga”, esos engendros del averno llamados buscadores me ignorarían, y sería una pena porque es un plato realmente simpático.

Además es que sería falso, porque lo más parecido sería una croqueta, pero solo exteriormente, porque una croqueta sin bechamel no es una croqueta, y esta preparación es una pasta de pollo sin rastro de esa salsa.
Es curioso como en Italia esta especialidad es tan popular que hasta se vende ya preparada en bandejitas, bien sean congelados o incluso caseros, de carnicería o tienda de comidas preparadas, pero claro, allí se llaman Spinacine di pollo e spinaci, y claro, así cualquiera.
En España se comercializan losNuggets de pollo precocinados, sin espinacas, claro, pero prefiero no entrar en detalles de su contenido porque recientemente se han hecho estudios (pueden ver varios trabajos en Internet), y les aseguro que se les quitarían las ganas de comer nada parecido en varios meses. Yo probé unos de McDonald's, que me imagino que serán algo mejores que los congelados, y todavía siento arcadas cada vez que lo recuerdo.
Como pueden apreciar en la foto estos son otro mundo, nada que ver con esa argamasa de detritus de pollería porque, si bien están elaborados con pechuga de pollo de factoría, no dejan de ser un producto natural en que, como su propio nombre indica, predominan las espinacas, aunque a fuer de ser sincero, tampoco saben mucho.
Verán que puse una ramita de albahaca de adorno, bien, pues cuando probé un bocado, me dije “Eureka”, porque ahí estaba el espíritu de  Italia. Luego, como la maceta que tengo está convaleciente, pues mi donna, que es quién cocina siempre estás sofisticaciones mediterráneas, puso un bol con hojas de menta fresca y ¡Qué pasada! No sé si volé a Estambul o a Jerusalén, pero desde luego pasé a otra dimensión.
Una característica de este plato que destacan todos los recetarios italianos es que, si usan espinacas frescas, los spinacine se congelan muy bien, de modo que se pueden hacer mil o dos mil para aprovechar el tirón, y luego conservarlos para freír en cualquier momento.

 La receta 

Comenzamos poniendo a cocer las espinacas, si son congeladas con hervirlas durante cinco o seis minutos en agua hirviendo con sal es suficiente.
Mientras, cortamos en trozos pequeños la pechuga y picamos la carne en una picadora, bastará unos segundos, después añadiremos el queso parmesano, la sal, el comino, la nuez moscada y la pimienta, las espinacas ya cocidas y bien escurridas y volvemos a poner en marcha la picadora para que todos los ingredientes se vayan mezclando bien. Una vez mezclado todo, batimos un huevo y lo añadimos mezclándolo bien con todos los ingredientes. Si la mezcla quedara demasiado líquida podemos añadir un poco de pan rallado para ganar en consistencia.
Una vez mezclado todo pasamos a la elaboración de los nuggets.
Dispondremos tres platos, uno de harina, en este caso de arroz, otro con huevo batido y el tercero con pan rallado.
Le damos forma con las manos a nuestros nuggets y los vamos pasando sucesivamente por harina, huevo y pan rallado y, finalmente, los freiremos en una sartén con abundante aceite a fuego medio durante 4 o 5 minutos por cada parte para que se haga bien la carne de pollo y el nugget quede bien crujiente por fuera.

Un vino para cada plato 

Si acompañamos estos spinacine con un poco de ensalada de tomate y unas hojas de menta fresca, conviene recurrir a los todo-terreno, los rosados afrutados de garnacha o los perfumados blancos gallegos. Incluso hay un tercer acompañamiento que no cité, pero lo hago ahora, que es elTzatziki (Salsa de yogur y pepino), o sea, que los convertimos en una especie de falafel, en cuyo caso ya reducimos la oferta a los rosados de Garnacha. O de Tinta del país, porque aunque esta uva se vea como sinónimo de los grandes reservas de Ribera de Duero, en Cigales se vinifica en rosado, obteniendo golosinas como este Carredueñas que nos enamoró desde su primera cosecha.
 
Escrito por el