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Salchichas frescas a la parrilla con patatas asadas

Salchichas frescas a la parrilla con patatas asadas
 
Salchichas frescas a la parrilla con patatas asadas

AJulio 2017

INGREDIENTES 

12 salchichas frescas de carnicería
3 Patatas rojas
Mantequilla salada
AOVE
Perejil
 

No sé ustedes, pero como yo soy un cotilla gastronómico, he buscado los diferentes tipos de salchichas que se elaboran en el mundo, y es curioso que los cinco continentes cuentan con varias especialidades, desde las manidas y artificiales frankfurt, hasta las sabrosas y especiadas de “kefta” (carne de cordero, pero sin embutir, porque el calor las pudriría en un par de días), omnipresentes en todas las calles comerciales del Magreb y Países del Mediterráneo oriental.

Hoy hago patria y les presento las de Felipe, el mejor carnicero de Salinas, a quién le compro sin el menor reparo porque hasta me garantiza que ni el pimentón que usa, contiene gluten (100% de la Vera), con lo que mi adorable Elena puede ponerse las botas.
Me encantan las de Toulouse, cuyo principal fin es acabar sus días en la cazuela de un exquisito Cassoulet, ese plato que tanto odio provoca entre mis paisanos que no admiten que pueda haber un guiso de alubias que iguale (no digamos ya que supere), nuestra heroica Fabada. El problema de este embutido es que, por ley, no puede llevar ni grasa añadida ni conservante alguno, con lo que hay que consumirla en pocos días, menos de una semana, con lo que apenas sale de la región (si acaso algún “traiteur” languedociano afincado en París o en Iparralde, donde hay una excelente gastronomía). Es una pena, porque me río yo de las butifarras (salvo de algunas, como las Pere Serra en Sant Esteve de Palautordera, sobre todo las que llevan calamares), pero a España no llegan, al menos a Asturias, aquí solo se comen chorizos criollos y longaniza de Avilés.
Pero volviendo a la internacionalidad de nuestra versátiles salchichas, he de comentarles que no solo se comen en Turquía, India y países intermedios (de carne de cordero), sino que llegan a China y hasta a Japón, aunque en este último país se sirven solo dentro de ese plato combinado llamado Bento, de clara influencia occidental. Pero en China sí, concretamente en Cantón, las populares Chang, que solo se comen en invierno y son muy laboriosas de preparar, como casi todos los platos chinos de verdad.
 

La receta 

Preparando precisamente unas butifarras de Sant Esteve, mi querido amigo el Dr. Fabré, me hizo gran hincapié en que nunca debían pincharse, porque por ahí se les escapan los jugos.
Luego vi, en una receta de salchichas de Toulouse, que repetían la advertencia, ya la verdad es que no revientan, salvo que se dejen tostar.
Empezaremos por las patatas. Yo las dejo con piel, las lavo bien y las parto en cuatro gajos. En una sartén con mantequilla salada de Tineo, se ponen a sudar lentamente, bien tapadas. Se les puede poner un poco de cebolla picada o incluso ajo, para darle un toque provenzal, pero a mí me gusta el sabor de la mantequilla fresca. Se dejan dorar así por ambas partes y se dejan reposar a fuego moderado sobre la piel hasta que hagamos las salchichas.
El embutido se puede hacer a la parrilla, a la plancha o en una sartén tapada, eso ya va en gustos. Se pone un poco de AOVE y se dejan hacer lentamente para que les entre bien el calor. Yo les pongo un poco de Ras-el- Hanout y de comino molido, así me hago la ilusión de estar degustando unos Kebabs de Kofta.
Se puede decorar con un poco de perejil picado o alguna ensalada rica, por ejemplo de escarola.

Un vino para cada plato 

Estando en verano, siempre apetecen vinos frescos, como un rosado de uva Garnacha del año, pero, al ser salchichas de cerdo, tampoco chirriaría un blanco afrutado, por ejemplo de Verdejo de Rueda.
 

 

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