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Chorizos al vino, o a la sidra

Chorizos al vino, o a la sidra
 
Chorizos al vino, o a la sidra
Chorizos al vino, o a la sidra

Para Las recetas de mi madre

INGREDIENTES (4 personas) 

3 chorizos frescos
1/2 litro de vino blanco

En el Carrito de Aperitivos del restaurante de mi madre (eran una especie de entremeses, pero muy sofisticados), había dos rechauds (debería decir infiernillos de alcohol, pero...), uno con Albóndigas de ternera en su jugo y otro con choricitos al vino. Eran la tentación caliente.

En realidad la cosa no tenía otro misterio que ponerlos en un cacillo con vino blanco, darles un hervor y luego sacarlos al carrito donde seguían haciéndose lentamente, lo cual no era siempre muy recomendable porque si quedaban de un servicio para otro, al fundirse toda su grasita, terminaban poniéndose correosos como corchos.

Allí usábamos unos choricitos de aperitivo llamados “Cantimpalitos”, que curiosamente he buscado en Google y solo aparecen en páginas en inglés. Somos un país de cahondos. La verdad es que, como soy bastante cabezón, al final encontré la fábrica que se llamaba El Acueducto (siendo de Segovia...), aunque ha debido comprarla alguna multinacional porque anteponen el nombre de Arlesa.

Precisamente se usaban estos choricitos con aspecto de pelotilla, porque, con los de verdad, al tener que partirse, en una hora de calor se habrían desgraciado.

Pero como ustedes no van a hacer esas atrocidades propias de la hostelería arcaica, pues usen chorizos como Dios manda, a ser posible de cerdo ibérico, que tiene colesterol del bueno y frescos o semi curados, porque si están muy secos, no se ablandan ni con cebolla y es importante que resulten carnosos.

La calidad del vino no es muy importante porque el pimentón acabará con todo, pero por razones de salud, les recomiendo que no recurran a esos brebajes de brik y menos a esos que se llaman “Vino para cocinar”, porque son pócimas deleznables.
De hecho, son los ácidos los que actúan sobre la carne y la grasa, disolviendo parte y desengrasando el embutido, por eso quedan tan ricos cocinados con sidra.

Hay quién los corta en tacos y los pasa por la sartén antes de cocerlos. A mí me parece un error porque si la función es desengrasarlos, pues no tiene sentido cerrar los poros, además, es fácil que revienten.
Y no hay más ciencia, dejarlos cocer despacito durante media hora para que no se deshagan y a mojar mucho pan.

  Aunque les resulte sorprendente, le mejor maridaje de algo tan basto como este aperitivo es un buen champagne, o, en su defecto y si el bolsillo no lo permite, pues un cava, como el Cava Agustí Torelló Mata Gran Reserva , que es una delicia y está a buen precio.

Tampoco es mala idea una sidra, que es lo que se estila en Asturias porque en las espichas siempre hay chorizos hervidos en sidra. La Sidra Natural Tareco permite ser degustada en un comedor convencional porque no necesita escanciado y es exquisita, pero si preparamos el picoteo en el jardín y sabemos escanciar, pues sin duda hay que tirarse por la Sidra natural Trabanco de manzana seleccionada
Tanto con la sidra como con el cava, estas bebidas son muy refrescantes y de elevada acidez, con lo que nos suavizan el paladar después de los poderosos bocados de chorizo, que, aunque esté desengrasado por el hervor, no deja de ser un cañonazo.
Escrito por el (actualizado: 08/03/2014)