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Caracoles con ortigas

Caracoles con ortigas
 
Caracoles con ortigas
Caracoles con ortigas

Publicado en el diario Diario El Comercio, año 1998. Remendado en septiembre 2010.

Resulta realmente chocante, el que ciertos productos, tan abundantes en nuestros campos como son las setas, los caracoles, o las ortigas, no formen parte de lo que hoy conocemos como cocina tradicional asturiana, sobre todo teniendo en cuenta que son deliciosos, y encima gratuitos.

Salir con los críos a coger caracoles es una diversión de lo más saludable, y que como beneficio secundario, nos puede proporcionar una merendola colosal.
Y en cuanto a las ortigas, pues basta con hacerse con unos guantes de jardinería o de soldador, y asunto resuelto.

La receta 

Lo mas engorroso, y porqué no decirlo, hasta asqueroso, de este plato, es purgar los caracoles.
La forma más fácil es ponerlos en una cesta de mimbre a dieta durante un par de días, y luego limpiarlo bien todo con un manguerazo, porque no confundamos, no se trata de quitarles las babas, que son el 80% de su cuerpo, sino de vaciarles el intestino de posibles substancias tóxicas (como las hojas de hiedra).

En cuanto a las ortigas se blanquean, es decir se sumergen un minuto en agua hirviendo con sal, y a partir de ahí ya se pueden manipular como si fuesen espinacas ya que los pelillos urticantes desaparecen.

Elaboración: 

Empezamos por hacer un caldo con el vino, medio litro de agua, las especias, y las hortalizas. Este caldo es el que lleva la sal de todo el plato.
Cuando hayan cocido media hora, sacamos las zanahorias y cebollas, y metemos los caracoles. Deben hacerse durante unos veinte minutos a fuego no muy vivo, sin llegar a hervir a borbotones. Conviene retirar la espuma que se forma en la superficie porque da un aspecto bastante sucio y no aporta sabores buenos.

Mientras, pasamos por la Túrmix las hortalizas, con las ortigas blanqueadas, y 200 gramos de mantequilla, hasta obtener un puré fino y perfectamente homogéneo.
Si queremos dejar el plato preparado con antelación, se puede reservar el puré en la nevera todo un día, y los caracoles, dentro del mismo agua de cocción, otro tanto tiempo.

Para terminar el plato, basta con repartir los caracoles en cazuelitas de barro o gres, cubrirlos con el puré de ortigas, y recalentar al horno lentamente, para que entre el calor sin llegar a hervir el puré.

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Escrito por el (actualizado: 04/01/2016)