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Pot au feu

Pot au feu
 
Pot au feu
Pot au feu

Publicado en el diario Diario El Comercio, año 1999.

Si quiere usted perder en una sola tarde toda la afición a la cocina, y de paso que su esposa (madre, abuela, compañera, criada, mayordomo, esclavos, o cualquier persona encargada de la limpeza del hogar) no le deje nunca mas intentarlo, lo mejor es iniciarse con una receta de repostería, usando harina, mantequilla, horno y esas cosas.

Una vez, hace muchos años, me puse a hacer espaghetti, y dos semanas después aún había restos de masa en los puntos mas insospechados de la casa.
Lo mas práctico es ir lavando los cacharros según se van ensuciando (recién usado se desprende mucho mejor todo y además no da asco), así, al final, cuando ya estemos cansados, no tendremos que darnos la paliza de fregar las perolas.

La receta 

A simple vista parecería que lo mas limpio sería hacer una ensalada, pero abrir latas y montar un plato no vale, es muy importante sentir que uno ha transformado algo incomible, en un plato apetitoso, y para esto lo mas facil son los guisos y sopas.

Lavamos bien las carnes y los huesos (si no sale una asquerosa espuma de sangre cuajada), y las ponemos tal cual en el el puchero (Pot au feu quiere decir olla en el fuego), cubiertas con dos litros y medio de agua, una cucharada de sal, las cebollas y los ajos (ambos enteros), la hoja de laurel, y los clavos.

Se pone al fuego fuerte y cuando rompa a hervir, se baja al mínimo y se limpia la supercifie con un cucharón (a eso se le llama desespumar).

Debe cocer a fuego lento durante una hora y media, con la cazuela a medio tapar, y desepumando de vez en cuando.

Mientras preparamos las hortalizas, lavándolas, pelándolas y volviendolas a lavar otra vez.

Cuando la carne ya se ha hecho, añadimos las hortalizas, los ramilletes de perejil y tomillo (si se echan al principio, el aroma se evapora), y dejamos cocer otra media hora.

Se puede decir que ya está terminado, pero a diferencia de los cocidos españoles, la presentación de los Pots au feu, requiere cierto trabajo adicional, que lejos de ser gratuito, será lo que dé a la receta ese toque distinguido.

Sacamos el caldo, que conservaremos en una olla para su posterior recalentado, probamos y salpimentamos al gusto, y perfumamos con un par de cucharadas de brandy.

Poco a poco vamos sacando el resto de los ingredientes y colocandolos de forma ordenada en la bandeja del horno

* El toque final 

Cuando vayamos a sentarnos a la mesa (conviene contar con un cuato de hora al menos para hacer todo esto), ponemos a hervir el caldo (para que se evapore el alcohol del brandy, y encendemos el horno para que tome temperatura el compango.

Tostamos ocho rebanadas de pan, y sobre ellas repartimos el tuétano que habremos sacado de los huesos.

La carne se puede presentar entera, pero lo mejor es partirla en lonchas tipo rosbif.

Del mismo modo el pollo debe deshuesarse (se deshace con suma facilidad) y sacar en la fuente solo las tajadas limpias de pieles, huesos y cartílagos.

En cuando a las hortalizas son las que aportan el color, así que deben colocarse, o bien partidas en bastones o bien enteras, alrededor de las carnes.

Se rocía con un par de cucharadas de caldo bien caliente para que tome aspecto brillante y se sirve en la mesa poniendo una taza para el caldo, y en el platillo las tostadas, y en el centro de la mesa el compango para que cada cual se vaya sirviendo según su gusto.

En la Provenza se acompaña de una sañsa de tomate frito, pero a mí me gusta mas que se noten los sabores limpios de cada producto.

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Escrito por el (actualizado: 30/03/2014)