Restaurante Del Arco

Todo sigue igual, con ese ambiente de pub inglés, de aquellos que hicieron furor en la España de los setenta, con láminas y bronces de caballos e hipódromos, muy estilo Jockey y, del mismo modo que el mítico restaurante madrileño sigue siendo un clásico nunca superado para sus asiduos, Del Arco mantiene una clientela fiel, de esas que prescinden las novedades en pro de la calma .

Han abierto un bar de tapas, una mezcla entre lo clásico y lo moderno, decoración minimalista, croquetas caseras y maître de smoking. Para mi gusto, como un Cristo con pistolas, pero en fin, ahí está.
Por lo demás, en el Del Arco de verdad, todo sigue igual, lo cual no implica dejadez ni abandono, todo lo contrario, porque mantener un clásico tan elegante y reluciente como cuando se abrió, requiere más esfuerzo que hacer un comedor nuevo .
Su carta se mantiene haciendo equilibrios entre los guisotes asturianos que tanto gustan a los ejecutivos de a medio día y algunas extravagancias como la de la foto que nos permiten deslumbrar a nuestra esposa en la cena del aniversario, pero lo que sí conviene matizar es que los clientes deben acudir en consonancia, traje, corbata, etc., no porque nadie te llame la atención como en Horcher, sino porque uno mismo se puede llegar a sentir desplazado vistiendo un polo entre tantos trajes de Armani y tanto almidón.
Está bien que haya de todo, en eso reside la calidad de una ciudad, en su repertorio, aunque no deben desafinar, porque ya hay muchos sitios mas elegantes y hay que cuidar ciertos detalles.


Además de por sus especialidades o tipo de establecimiento, puede buscar más restaurantes en esta u otra zona pinchando aquí. Y no se pierda los entresijos de esta profesión, nuestra prensa amarilla, pinchando en Dramas y comedias de la Hostelería.