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Dinastía Vivanco

 

Bodega Dinastía Vivanco
http://vivancoculturadevino.es/es/

D.O.:
Rioja
Uvas
: 100% Tempranillo
Crianza
: maloláctica en tinos de roble francés, 16 meses de barrica y 6 de botellero
PVP
: 8 € 
 

Podríamos decir que este es un vino nuevo, diseñado para los riojistas clásicos. Si entran en su web podrán comprobar los sofisticados sistemas de elaboración que aplican en este nuevo templo de Briones (su museo es visita obligada), hasta las formas de sus botellas marca una personalidad más australiana que riojana, sin embargo en cata, salvo por su limpieza de aromas, bien podríamos asegurar que nos encontramos ante un crianza de toda la vida.

Su gran potencia económica ha permitido hacer en poco tiempo un tejido comercial que cubre todo el país, por lo que será fácil encontrarlo en cualquier establecimiento, no solo en restaurantes de prestigio, sino también en bares informales, así que los riojistas pueden elegirlo como vino de chateo con la garantía de estar bebiendo “cosa fina”.
Para quienes no estén familiarizados con el término “Rioja clásico”, apuntar que son vinos muy sedosos, muy afinados, con predominio del bouquet y maderas de roble americano, y escasa presencia de fruta debida a la marcada crianza.

Anchoas en aceite de oliva 

El mundo de la anchoa ha evolucionado en los últimos lustros de forma tan vertiginosa, que lo que hace veinte años era imposible lograr lejos de Santoña o Guetaria, hoy se puede conseguir en un remoto pueblo de la sierra de Segovia: comer unas anchoas carnosas, sin espinas y en su justo punto de sal.
El primer gran paso fue convencer a los comerciantes que estas latas no son una conserva sino una semi conserva, por lo que debe preservarse la cadena de frío desde la factoría hasta el frigorífico del consumidor. Ese fue un logro gigante, pero es que ahora se mima tanto el proceso de limpieza y el ajuste del punto de sal, que ya podemos encontrar en el mercado varias marcas que ofrecen unos pescaditos carnosos y perfumados que ni siquiera nos provocan sed. Eso sí, aquí hablamos de estas anchoas, no de aquellas de oferta que saben a demonios, nos llenan la dentadura de espinas y hasta nos alteran la tensión sanguínea.

Maridaje 

Puede sonar un tanto estridente, porque parece que las anchoas pegan con cava, txacolí, cerveza o incluso algún blanco gallego, pero en la zona de Banyul, en la Cataluña francesa, cuna de las mejores anchoas del país vecino, estas se degustan como si fuesen caviar y se acompañan con vinos amontillados. Personalmente no doy un duro ni por las anchoas de Banyul ni por sus vinos, pero ese maridaje me llevó a probar nuestros plateados principitos del Cantábrico con un rioja de marcada crianza y ¡sorpresa! El vino se volvía más afrutado, más alegre, más vivaz, y las anchoas se acunaban dulcemente en esos sabores balsámicos, sacando una mayor carnosidad y perfumes yodados apenas perceptibles.
Es importante disponer de un buen pan de leña, uno de esos de “boutique” puede arruinar todo el festín.
Escrito por el (actualizado: 11/03/2015)