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Valenciso

Tinto reserva valenciso
 
Tinto reserva valenciso
Bodega Velenciso
D.O.: Rioja
Uvas: Tempranillo
Crianza: 16 meses en barricas nuevas de roble francés
PVP: 19,50€
 

Es el vino más caro de la guía, pero toda la crítica acepta que ofrece una de las mejores relaciones calidad/precio del mercado, porque se puede asegurar que se trata de un producto excepcional, todo un 96/100 en la guía Proensa, un reserva de alto nivel.

El mimo que Carmen Enciso y Luis Valentín ponen en la selección de las barricas y el cuidado de la viña, se percibe al primer trago.
He de advertir que no es un vino goloso, sino muy riojano, casi de corte clásico, aunque cuando se le deja respirar unas cuantas horas, salen aromas de frutos rojos maduros que hasta hace pocos años ni se hubieran imaginado en esa zona.
Es un vino muy elegante, sedoso, redondo, con nervio, todo lo que se esperaba antaño de un reserva de Rioja..., y mucho más, porque esas maderas tan características de la zona, aquí se han vuelto más suaves, más envolventes, menos “madera” y más perfumes a vainilla.

Jamón ibérico Maldonado 

Ignoro la cantidad de marcas que pululan por el mercado español cantando las bondades de sus productos y la pureza de sus cerdos, pero cuando se hace una analítica para ver el porcentaje de sangre ibérica y las marcas de tocoferoles que indican que el animal ha pastado en montanera, los números cantan y sólo hay un elaborador que puede hablar de “100% ibérico de montanera”: Maldonado, por eso lo reseñamos aquí.
En boca ya lo dice todo, porque son perfumes tan intensos que una ración de 100grs. colma a dos o tres personas, pero sobre todo nos sirve de referencia para poder dejar de lado otros afamados jamones que ni por asomo dejan esos aromas almendrados, fruto de su régimen de bellotas. Pueden ver más información en www.ibericosmaldonado.com 

Maridaje 

Hará unos diez años, hicimos una cata de maridajes con el jamón y, a pesar de contar con barbaridades como Petrus, Latour o Romanée Conti, el resultado fue tan lamentable que al final hubo quién se decantó por el champagne y quién por la manzanilla. Estudiando las conclusiones, me pareció que este vino sí podría encajar, porque tiene suficiente vigor para no aguarse (es una sensación que a veces sucede con las grasas animales, incluso con la de vacuno), pero a la vez mucha elegancia, con lo que puede ir de la mano de un gran jamón, sin limpiar la boca, porque como dijo en su día Andrés Proensa “Con lo bueno que está, no quiero que ningún vino me limpie la boca”. Hice la cata extensiva a otros productos, porque como ya apunté, es un jamón tan intenso que a la tercera loncha ya apetece cambiar, por ejemplo al salchichón, que es una locura, o incluso al chorizo, y el vino se mantuvo en su sitio como un señor. Algo de lo que pocos pueden presumir.
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