Cuscús instantáneo
Reconozco que a mí me gusta el cuscús tradicional, por eso me compré una preciosa cuscusera de cobre en Sousse (Susa, que se dice en español), en la costa tunecina, pero no en la medina, que son para turistas, si no en una ferretería tradicional, donde si intentas regatear, te plantan cara diciendo “Señor, esto no es la medina”.
Pero reconozco que es una lata, sobre todo porque en la casa de Mieres la cocina es como la de mi barco, así que, si meto la cuscusera, tengo que quitar la nevera. Y no es el caso, sobre todo porque mi mujer no puede comer cuscús debido a su celiaquía.
Pero el otro día vi en la tele que usaban uno instantáneo, y busqué en mi supermercado, o sea, en Amazon, y encontré este diseñado por el chef Ainsley Harriot, y lo compré, claro, y el caso es que no está mal, aunque hay que tunearlo bastante para que dé el pego.
Elaboración
En un cacillo ponemos a calentar el caldo. Cuando vaya a empezar a hervir, se retira, se añaden las pasas, el cuscús, y encima de esta la mantequilla cortada en daditos. Tapamos con un paño y listo.
¿Qué ocurre? Pues que la sémola absorbe todo el caldo y queda suelto, por eso va medido, la mantequilla lo enriquece y las pasas le dan ese saborcito dulce tan moro. No le viene mal poner unas hojas de hierbabuena picada antes de servir.
El cuscús debe tomarse con guisos que lleven mucho caldo, como el Tajine, de tal forma que se va mojando en el plato según se come y queda soberbio. En eta ocasión yo lo comí con Guiso de morros en salsa española, un guiso con poco caldo, pero con muchos vegetales, con lo que la combinación fue formidable.
También se puede comer en ensalada, con hortalizas y mucha hierba buena, y se llama tabule, aunque el ver verdadero Taboulé se hace con burgul, que es un grano de trigo roto, no con cuscús, pero casi todo el mundo lo hace así.