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Recetas de cocina casera

Empanada de salmón, frente a la casa de mi abuela.
 
Empanada de salmón, frente a la casa de mi abuela.

Utilizo la estereotipada expresión “Cocina Casera”, como sinónimo de comida sana, honesta, económica, sabrosa y hecha con amor, porque esa fue con la que me alimentó mi madre, hasta que tuve la suficiente autonomía para poder empezar a comer las basuras que los adolescentes de aquellos entrañables años sesenta, ya veíamos en las películas americanas y que están destruyendo las presentes generaciones.

Y digo que es un tópico porque se presupone que “Cocina Casera” debería ser aquella que a diario se come en casa, pero la actual dieta se compone de prefabricados insalubres elaborados con harinas ultra refinadas, emulgentes de dudosa salubridad, grasas polisaturadas que actúan como bombas de colesterol, azúcares y lácteos escondidos hasta en el jamón de York, y demás porquerías, como la Tortilla de patatas en plástico de la que dimos cuenta en el artículo Adiós a la Tortilla.

La excusa es la falta de tiempo, argumento poco creíble cuando los programas de TV diseñados para amas de casa, son los que cuentan con las mayores audiencias de todas las cadenas, pero aún así ¿Qué hay más importante que salvaguardar la salud propia y de la familia? (mi madre trabajaba fuera de casa y no por eso nos daba pienso prefabricado para comer, eso sí, no veía Gran Hermano).

Las cosas empezaron a torcerse cuando Avecrem triunfó con su campaña del “Chup chup”. Desde aquel momento en que una supuesta abuelita cocinera echaba una pastilla de sopicaldo en la olla y con eso ya estaba todo delicioso (no era más que un concentrado de grasa, harina, perejil y sal), la sentencia contra la cocina casera estaba dictada.

Las recetas con que torturaban las cirineas de la Sección femenina a las jóvenes de la postguerra bajo promesa de ser asignatura de obligado cumplimiento para el futuro ejercicio del matrimonio, pasaban a segundo plano, porque con un sobre de sopa Gallina Blanca y el “Chup Chup” de Avecrem, ya habían ganado el tiempo necesario para tomarse ese cafelito después de hacer cola en la pescadería.

Hoy día todas las tiendas de alimentación ofrecen un porcentaje de lineales de precocinados que desplazan las secciones de perecederos a un segundo plano.

¿Qué hemos seccionado en nuestra recetas de cocina casera? 

Pues precisamente aquellas que nos van a ocupar prácticamente el mismo tiempo que preparar un congelado, que nos van a costar la mitad y, sobre todo, que van a cuidar de nuestra salud ..., y hasta de nuestra cartera.

Entren y prueben, que nadie piense que les voy a proponer aquellos hojaldres que hacía mi abuela, aunque una empanada como Dios manda, de vez en cuando apetece (la de la foto lo hice yo, pero la casa que hay detrás, es la de mis abuelos, en cangas de Onís, donde mi abuela, Caridad, preparaba unos hojaldres históricos).

Si vienen por Cangas, pero solo en Domingo, Celsín, el de La Sifonería, pone unos pinchos de la Confitería Peñasanta que aún me recuerdan aquel hojaldre casero.

Escrito por el (actualizado: 28/10/2013)