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Cocineros noruegos

Salmón lacado
 
Salmón lacado
Diario El Comercio año 2000.
 

De entre las numerosas meteduras de pata que se produjeron en aquel Congreso de Hostelería celebrado el año pasado en Oviedo, de tan infausto recuerdo creo que para la mayoría de los asistentes, hubo una de la que hasta hace poco no había tenido noticia (tengo todo un arcón de anécdotas para contar y aun aparecen otras nuevas).

Parece ser que alguien increpó al señor Bjørn Moldskred, del Consejo de productos del Mar de Noruega, por lo bien que estaban haciendo en su país las cosas hasta el punto de invadir el mercado español con sus salmones, agresión que este joven escandinavo esquivó aconsejando a aquel individuo simplemente que fuese a su país y aprendiese allí como hacerlo.
¿Qué tiene esto que ver con el título de la página? pues verán,. Resulta que hasta hace apenas una década, Noruega era un país del que se decía que sus habitantes comían únicamente para sobrevivir, pero como en estos ultimos años se han dado cuenta que comiendo también se pasa muy bien y que la hostelería es un recurso que mueve mucha tela, pues han decidido ponerse manos a la obra y empezar a diseñar su propia cocina.
Al principio copiaban aquellas que mas gustaban, tanto al consumidor local como a los ejecutivos y políticos que acudían a cerrar tratos y acuerdos a Oslo, es decir, francesa, italiana, alemana y por supuesto japonesa.
Pero como país que busca configurar una identidad propia (hasta hace menos de un siglo formaba parte de Suecia), comprendieron que deberían tener una cocina autóctona y según su sistema cartesiano de pensamiento, pues empezaron la casa por los cimientos, es decir, investigando y formando a jóvenes estudiantes en las nuevas artes de la cocina (digo nuevas porque hasta apenas un lustro si un noruego decía que quería ser cocinero, iba a parar directamente al psiquiatrico).
Y así nació el Gastronomisk Institutt, una iniciativa estatal que ya está dando cuantiosos beneficios, no solo por los nuevos restaurantes que están abriendo los recién licenciados cheffs, si no porque asociaciones empresariales como el Consejo de Productos del Mar de Noruega, contratan los servicios de estos profesionales para promocionar sus productos por todo el mundo (no solo exportan salmón si no bacalao, arenques, rodaballos, lenguados, sollas, rapes, ñoclas, vieiras, quisquillas, bugres etcétera).
De hecho en la visita que hicimos este verano una delegación española al festival gastronómico de Ålesund, la comida más interesante fue la preparada por uno de los ya profesores de esta escuela, Halvor Hedenstad, quién a pesar de su corta edad ya ha dado varias veces la vuelta al mundo (japón es un gran importador de sus productos), y sabe explicar en varios idiomas los esfuerzos que su gobierno está haciendo para estructurar un concepto cultural hasta ahora desconocido en su país: la gastronomía.
Evidentemente a nosotros los asturianos este tipo de iniciativas no nos hacen falta porque ya nacemos sabiendo, y cómo además nuestra economía es resplandeciente, pues no necesitamos promocionar nuestros productos allén de Pajares ¿pa qué?
Lo que ya no me parece tan bien es que nos enfademos, como sucedió en Oviedo, con unos señores que tienen la capacidad de reconocer que su cocina es embrionaria, pero que a pesar de ello nos están colonizando con sus productos, exportando al año mas de un billón de pesetas solo en pescado, además de petroleo, gas natural, muebles, etcétera. 

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Escrito por el (actualizado: 17/07/2015)