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Llegó el Tío Paco con las rebajas

 

Publicado en la revista PlanetaVino nº21, sección: El Toque del Quera
 

 No puedo, ni debo, explayarme a gusto, porque es de malajes alegrase del sufrimiento ajeno, sobre teniendo en cuenta que sin duda serán los más honrados trabajadores, esos que no salen en los programas del corazón porque trabajan de sol a sol para soportar las letras de un pisito infame y un coche de segunda mano, quienes estarán pasando los peores momentos, porque la ruina del ladrillero seguro que no va más allá de tener que reponer las ruedas de su VW Touareg para que tire un par de años más, en vez de cambiar de modelo como solía hacer antes cada año.

 
No es la parca Átropos quién pasea por las empresa españolas segando las cabezas de los desdichados que miran atónitos como se avecina el fin de su mundo, sino su hermana, Láquesis, la que tira la suerte, la que, devanando el hilo tejido por tu tercera hermana, Cloto, quién, con su rostro de vieja milenaria, mira con su sonrisa desdentada a Átropos para decirle algo así como: “Mira este listo, tanto ha estirado la cuerda que él solito se está lanzando contra tus tijeras”.
 
Un día sí y otro también me llegan correos publicitarios de bodegas que han contratado a un listo de marketing pensando que nos van a volver tarumbas con ese último premio que han comprado o con la presencia del presidente de la comunidad al acto de inauguración de su nueva nave de barricas. Eso sí con la notita de “Para la publicación en vuestro distinguido medio”. ¡Qué descaro!
 
Luego nos encontraremos a su comercial ofreciendo un 2X1 al tabernero de la esquina o al director comercial haciendo cola, como los corderos que esperan en el pasillo del macelo para recibir el garrotazo final (ahora se usan descargas eléctricas, que es más limpio y permite aprovechar los sesos para las casquerías), en la sala de espera del Cash Carry del polígono industrial de las afueras de la ciudad, rezando para que el sátrapa de turno le compre esos excedentes que ya ni pueden tirar al río porque los del Seprona están loro para  zumbarles una multa de antología por delito ecológico (por lo visto a las truchas no les gusta nada el vino).
 
Carpe diem, que diría Horacio, aprovecha el tiempo, porque el séptimo sello no ha sido roto, esto es solo el Tío Paco, que ha llegado con las rebajas, como cuando Continente abrió en Lugo y los comerciantes se echaron a la calle prediciendo su ruina total. No hubo drama alguno, salvo que los jetas de La Sucursal, tienda en la que tenía que pagar 400pts. por la botellita de 125ml. de salsa de soja Kikkoman, tuvieron que bajarla a 225pts, so pena de tener que hacer cosas indecorosas y molestísimas con ellas si no ajustaban los precios.
 
Desde esta tribuna llevamos casi cuatro años anunciando la llegada del Tío Paco (Dios mío, como pasa el tiempo…, y a mí no me suben el sueldo), pero las bodegas siguen confiando en la ingeniería financiera y en ese chico de nudo gordo en la corbata y traje de El Corte Inglés, quién, gracias a unas técnicas revolucionarias de comunicación que aprendió en su último master de marketing, nos va a meter en el bote a todos los prescriptores, como nos llama el Tirano Proensa.
 
En Asturias los buenos restaurantes siguen de bote en bote y en Rioja las bodegas serias, de las que solemos hablar en este medio, también. Las que parece ser que están en venta o haciendo saldos, son aquellas que se anunciaban a bombo y platillo en el Marca, el Hola, El País, TVE, COPE, etc.
 
No me digan que mi Tío Paco no es un cachondo.
Escrito por el (actualizado: 13/01/2015)